Cuentomarzo 21, 2020 Florencia Xochitl Monserrat Corona Martínez Bajo un sol estrellado, mis ojos sólo tiritaban bajo el reflejo de sus ojos miel. Bajo aquel árbol mi corazón palpitaba de miedo. No quería perderla. “Florencia, Florencia” repetí. “¡FLORENCIA!” gritó mi alma. Florencia PDF Entradas relacionadas Lo absurdo como resistencia: alegoría…EnchiladasInmigranteSilencio, un suspiroLa hechicería en Nueva España:…Amor a la naturalezaSobre la posibilidad de una…RitualEl sofista y el problema…Lo antifantástico: el espacio-tiempo como…