Gilberto Jesús García García
El domingo, después de la misa de diez, Doña Lupe me dijo que me encomendara a San Pantaleón, que le prendiera una veladora en la iglesia, le rezara un padre nuestro y me persignara dos veces frente a él. Dijo que hiciera eso todos los días durante una semana y que mi Julito se iba a componer del mal ese que lo aqueja.